miércoles, abril 04, 2007

tratado sobre la necedad (02)

retrato segundo: El Globalizado
Si mira al espejo el globalizado sólo encuentra el reflejo del Poder; no el propio rostro, sino la máscara que desde arriba se le impone. "Son ellos -se dice- los dueños de la realidad y su posible". Nada fuera de ellos existe, nada contra ellos es posible; sólo queda, a lo mucho, luchar para que las reglas inamovibles de los Señores del Mercado traten a unos cuantos menos mal, es decir; poner una máscara distinta al Poder, para que el Poder permanezca.

II
Tras la globalización de la desesperanza, a las afueras del Poder, dos actores se posicionan, asumiendo cada uno múltiples matices, son el globalizado y la resistencia. De los segundos, de los necios, más adelante en estos párrafos se habla.
El globalizado es quien las palabras del Poder repite, como dogma de fe y como resignación triste, al final; son sinónimos. Ha comprado o le han impuesto la figura del neodarwinismo social como único escenario. Ha comprado o le han impuesto el no hay más ruta que la nuestra, el vivimos en el mejor de los mundos posibles, el this don't have alternative de Teacher. En sus prácticas e ideas el globalizado define y defiende los mecanismos del Poder, la perpetuación de éste.
Es el globalizado el alumno de la doctrina empresarial, el socialmente activo sólo en aquello que beneficios inmediatos reporta, el de la competitividad como valor supremo en la política laboral, el de la productividad como única razón de la seguridad y la movilidad social.
Es el globalizado, también, el que ve su miseria como carga personal y el que no ve en la lucha conjunta, más que los intereses de quienes dirigen.
Múltiples, como queda escrito, son también las caras del globalizado y múltiples son también sus motivaciones y acciones. Hay una cara social del globalizado, la puesta en práctica de la primera del paradigma de la Reina Roja ("Aquí, como vez, nos movemos rápido para seguir en el mismo lugar").
Porque es el globalizado también el que perpetua al Poder, liberándolo de las políticas sociales a través de prácticas de asistencia privada (siempre sólo para unos cuantos). En las prácticas y las caras del Poder entran también, así, las instituciones de asistencia privada, las empresas socialmente responsables y no pocas Organizaciones No Gubernamentales, preocupadas más en paliar (siempre para unos cuantos) las consecuencias del sistema, que en entender sus mecanismos para derrotarlo.
Los globalizados con conciencia social sientan sus reales, sobre todo, en el tercer mundo; ahí están las organizaciones de ayuda en África o América Latina, los que llevan cobijas, latas y medicinas a las víctimas de los desastres naturales o sociales, pero no critican al sistema que en tales condiciones los ha puesto.
Los globalizados con conciencia social trabajan sobre la premisa; "siempre deberá existir una clase acomodada, para que de su caridad vivan los menos afortunados". Son , es decir, la puesta en práctica de la conciencia social de Susanita Botello (la de Mafalda): "Deberíamos organizar una sena de gala de beneficencia para los pobres, con caviar, pavo y vestidos elegantes; para comprarles frijoles y sopas y todas esas porquerías que ellos comen."

Entre los globalizados (en tanto perpetuadores del Poder) se encuentran también quienes al Poder resisten, bajo la premisa del quítate tu, para que me ponga yo, sin modificar al sistema, únicamente su rostro.
Ellos se valen del descontento popular para llegar a las posiciones de poder y continuar, desde ellas, con los mecanismos del Poder. Los ejemplos sobran. Estos son el Poder y sus rostros, son los globalizados y la institucionalización de la desesperanza. Pero, desde abajo, otros actores empiezan a tomar el escenario.
Continuara...

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1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Al Globalizado le cuentan que la seguridad pública va mal y, por tanto, es mejor la privada y se lo traga sin pensar en que ni él mismo sería capaz de pagar según qué tratamientos que ahora le ofrecen "gratis". El Globalizado está convencido de que el inmigrante es un ladrón que viene a robarle un trabajo que él no hace ni quiere hacer por un dinero que él no aceptaría y no acusa nunca al empresario que contrata a quien sólo intenta ganarse el pan. Al Globalizado le cuentan que, dada la mala gestión de una empresa estatal es mejor privatizarla y ni tan siquiera se plantea que, no hay por qué privatizarla para que funcione bien y que esa empresa que venden era "su" empresa.

Lo malo del Globalizado es que, la mayoría de las veces, es un ser que no sabe ni quiere saber más allá de lo que le cuentan.

Besos

12:09 p.m.  

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