jueves, abril 01, 2010

La mentira contra el poder

Nota: Es un poco largo, aunque no tan largo como el de la semana pasada y definitivamente no tan pesado... Prometo que la próxima semana las cosa vuelven a estar un poco más ligeras.


A lo largo de la historia mítica de la humanidad, el embaucador, el mentiroso ha jugado siempre el papel del rebelde real:
Se burla de la autoridad y escapa de ella (...) En contra de la voluntad de los dioses, puede traer la luz a los mortales robando el sol o la caja que contiene la luz del día (...) Puede ser inventor de cepos, trampas y redes, dispositivos para el engaño que otorgan a los mortales la habilidad de autoalimentarse. Sabe cosas que desconocen los mortales y las utiliza para provocar cambios (...) Abre puertas insospechadas, hace cosas nuevas, es un artista del timo que suele ser demasiado inteligente para su propio bien (Sullivan; 2003).
Prometeo, Gilamesh, Hum-Hunanpu y su hermano Ixbalanque, Loki, Hermes y Krishna (por mencionar sólo algunos) juegan con los dioses a la manera en que bugs bunny se enfrenta al cazador armado hasta los dientes; con astucia, con mentiras. Arrebatan de los dioses y los reyes aquello que les da poder y potestad sobre los otros; “el embaucador es una fuerza perturbadora que cambia el mundo, redistribuye capacidades y bienes” (ídem).

La historia real no carece de figuras de similar valía, si bien sus acciones no suelen ser tan espectaculares y sus procesos mucho más tardados, el resultado, finalmente, la transformación del mundo; cambiar el orden existente por otro distinto.
El embaucador es, según palabras de Lewis Hyde (...) <<>> (...) Identifica al embaucador como la personificación de la creatividad en sí misma, el inventor de las realidades potenciales alternas que se han creado (ídem).
La historia real, entonces, se encuentra plagada de estas figuras (algunas públicas, otras anónimas); los rebeldes de todos los tiempos, los creadores de ficciones. Aquellos que abren las ventanas hacia otros mundos posibles y permiten ver a través de ellas a todo aquel que se les acerque.
No es éste el papel de todas las ficciones ni, mucho menos, su motivación primera. Sin embargo; “los medios de ensoñación comienzan a revelar, aún sin quererlo, que el rey, en efecto, va desnudo y sólo se viste de la ansiedad de poder de quienes desean servir, en vez de vivir” (Delhumeau; 1984).
Por eso los múltiples rostros de Hegemon a lo largo de la historia han pretendido, dominar no sólo las acciones de los hombres sino sus sueños, sus proyectos y su memoria.
Constituía un placer especial ver las cosas consumidas, ver los objetos ennegrecidos y cambiados. Con la punta de bronce del soplete en sus puños, con aquella gigantesca serpiente escupiendo su petróleo venenoso sobre el mundo, la sangre le latía en la cabeza y sus manos eran las de un fantástico director tocando todas las sinfonías del fuego y de las llamas para destruir los guiñapos y ruinas de la Historia (Bradbury; 1993).

Queda escrito, Hegemon se proclama único usufructuario del lenguaje, del contexto y de la memoria. De esta manera, el Gran Hermano inventa y reinventa el pasado, por él se legitima y lo utiliza como coartada para sus errores (para sus horrores).
Sin embargo, los individuos a lo largo de la historia han encontrado siempre la manera de soñar más allá de los límites de Hegemon y retratarlo en toda su ridiculez, su insignificancia, sus ineficiencias; su ineptitud.
Porque en las mentiras que cuentan los rebeldes de todos los tiempos, reconocemos nuestras propias limitaciones, nuestras propias aspiraciones, nuestros propios sueños. A través de las ficciones vivimos la vida no como es, sino como la deseamos.
Vivir la vida que uno no vive es fuente de ansiedad, un desajuste con la existencia que puede tornarse rebeldía, actitud indócil frente a lo establecido (...) Salir de sí mismo, ser otro, aunque sea ilusoriamente, es una manera de ser menos esclavo y de experimentar los riesgos de la libertad (Vargas Llosa; 1990).

Las ficciones, sus mentiras, cumplen la función de enseñarnos a sentir; de abrir nuestra mente a otra realidad posible. En metáfora escultórica, a través de las ventanas que la literatura abre ante nosotros, dejamos de ser estatuas y nos transformamos en individuos:
Que en la conciencia de la estatua haya un olor único, y ya tendremos la atención; que perdure un olor cuando haya cesado el estímulo y tendremos la memoria; que una impresión actual y una del pasado ocupen la atención de la estatua y tendremos la comparación; que la estatua perciba analogías y diferencias y tendremos el juicio; que la comparación y el juicio ocurran de nuevo y tendremos la reflexión; que un recuerdo agradable sea más vívido que una impresión desagradable, y tendremos la imaginación. Engendradas las facultades del entendimiento, las facultades de la voluntad surgirán después: amor y odio (atracción y aversión), esperanza y miedo (Borges; 1995).

A través de las ventanas adquirimos la conciencia (conSciencia) del ser, del haber sido y, sobre todo, del desear ser. La noción del YO, del retroyecto (memoria) y del proyecto (deseo).
Por supuesto, la literatura no es ventana única ni única visión, sino visiones; ventanas. Múltiples caminos para múltiples realidades posibles, de las cuales apropiamos, elegimos, aprehendemos, resignificamos, aquello de lo que construimos nuestra propia realidad posible.

Mario Stalin Rodríguez
Editado del capítulo V de La Verdad Detrás. El papel de la mentira en la comunicación; 2001.

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4 Comments:

Blogger ISABEL TEJERA CARRETERO said...

¿Que pretende ese caballero lanza en mano y surgido de entre cuatro trazos sobre papel? Andante embaucador que reta al asfalto.
Ya vi como el laurel está presente en el escudo mejicano.
Ciertamente lo de hoy era más sencillo .)

6:24 a.m.  
Blogger Ambrosía said...

Un escrito lleno de verdades a pesar del título .
Me ha encantado especialmente el fragmento de Borges.... queda claro que primero es el conocimiento, pues sin él, todas las demás facultades... no serian lo mismo...
Un beso.... o dos!

12:42 p.m.  
Blogger Jardinero del Kaos said...

Hermosos fragmentos entre texto y texto y el comienzo...pense en prometeo al leer el texto de Sullivan.

muy buen analisis!!!

8:10 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Quisiera aprovechar la sección de comentarios para felicitar como escribes. La estructura en sí está bastante organizada.

He perdido muchas palabras en español (cosa que no significa que mi inglés sea mejor...); de eso me he dado cuenta leyendo los primeros párrafos. Es por eso que no me atrevo a comentar el artículo en sí, además que me declaro ignorante en muchos temas. Siempre es grato, sin embargo, leer de temas que uno desconoce. Por eso no dejaré de darme una vueltecita por aquí.

Muchas gracias por dejar comentario, realmente lo aprecio.

Abrazos :)

2:43 a.m.  

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