miércoles, noviembre 17, 2010

IN MEMORIAN

Elaborado originalmente para la Gaceta de Ciencia Políticas, en Diciembre de 2003

PARA ACABAR CON EL PODER

Entrevista a Antonio Delhumeau

"Los medios de la ensoñación comienzan a revelar, aun sin quererlo, que el rey, en efecto, va desnudo y sólo se viste de la ansiedad de Poder de quienes desean servir, en vez de vivir."

Antonio Delhumeau

El Hombre Teatral, Pág. 132

Fábulas, leyendas, mitos; papeles que asumimos en nuestras vidas diarias para mantenernos a salvo del otro y de nosotros mismos. Teatralizaciones del ego.

Antonio Delhumeau, profesor de las cátedras de Introducción al Estudio del Lenguaje e Introducción al Estudio de la Ciencia (Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM), se preocupa por la teatralidad de la vida, por una sociedad que nos mueve al individualismo exacerbado; a la autorreferencia como única opción. Así lo demuestran muchos de sus escritos, en particular: El Hombre Teatral (México, Plaza y James) y Derrotar al Ego (revista Este País, Noviembre de 2003).


Cuando el Teatro Ganó la Calle

A primera vista la estancia es más bien estrecha; una mesa ocupa casi todo el lugar, las paredes lucen atestadas de libros y películas, sobre todo de películas. Si no fuera lugar común, afirmaría sin pudor que la casa refleja a su ocupante.

Había yo concluido, para entonces, mi carrera de 20 años de funcionario político/académico en la UNAM, al concluir mi periodo como director de la FCPyS. En el curso de esas dos décadas me alcance a dar cuenta que, no solamente quienes ejercíamos cargos, sino todos los que se relacionaban con nosotros, buscando posiciones, mejorar situación... Sacaban de sí mismo papeles, personajes, guiones, tramas; que me recordaron mi quehacer como autor dramático y actor protagónico (en Teatro Universitario, con la obra Los Tejedores). Me di cuenta de que, por un lado; el hombre sueña con algo que todavía no tiene.

En el caso de las comunidades, vitrinas en donde los hombres y mujeres se informan de manera inmediata y trasparente de lo que hacen los demás, desean tener algunos escondrijos, de tal suerte de tener mayor libertad. Por ello es que el teatro, como género, se presentó como la modalidad más tractiva de poder estar detrás de ciertas máscaras.

Cuando el teatro ganó la calle, y las mujeres y los hombres se convirtieron en teatrales, se repetían los papeles estereotipados en la vida diaria. La mujer como esposa abnegada o amante romántica y aventurera; el hombre como jefe autoritario o subordinado sumiso; adaptándose a guiones preescritos para desarrollar estos papeles.

Lo que enfatizo en El Hombre Teatral es que la conciencia se mantiene unitaria, no se fragmenta en estos papeles; de donde sufre por la escisión que se le impone. Creo que este es un punto. Lo digo en diferentes momentos del trabajo; la esencia es integral, unitaria y, precisamente, resulta artificial pasar de un como si fuera a otro como si fuera sin llegar a un sí auténtico, que es lo irrenunciable en el ser humano.

Bajo las máscaras queda lo unitario, enterrado en los como si fuera.

Sí, efectivamente, le subyace a través de una dinámica o dialéctica de atraso, por la cual se gesta una actitud de suspicacia o sospecha por la teatralización, donde cada persona busca descifrar o interpretar qué está atrás de cada papel ¿Cuál es el interés real del otro? Que, al sentirse bajo sospecha, trata de demostrar que sí es real, efectivo lo que está planteando o proponiendo; su manera de ser o actuar y, en esta medida, se sobreactua: teatraliza más y genera mayor sospecha. Al haber mayor sospecha, se acrecienta la teatralización y se da un círculo vicioso, en una espiral creciente y perversa.


La Homogenización Artificial

Instalados en estas paredes están los textos que considera fundamentales (una biblioteca de más de cinco mil volúmenes se quedó en otro departamento), y tal vez no sea dato ocioso decir que, de entre los que aquí guarda, destacan los tomos de la zaga de Harry Potter; aquí están también los videos que contienen las ventanas al mundo, a la fantasía y al individuosocial, y están todos, desde Somethings About Mary hasta Dune, pasando por Blade Runer y la colección completa de los capítulos de Dallas (sí, todos ellos).

En el momento en que el teatro ganó la calle y perdió su sentido de fascinación, el hombre comenzó a tener una nostalgia muy importante respecto de la recreación de la comunidad: de volver a verse en todas sus facetas, hacer un recorrido que le permitiera contemplar su integralidad latente, subyacente. Esto lo empezó a soñar despierto a través del cine.

El cine no es teatral, es propio del hombre sintético. El cine persigue a sus personajes al baño, a la recamara, al sexo, a las adicciones. Nos hace ver que en una sola persona se despliega la dualidad entre el bien y el mal aparente; como supuesto opuesto. Por decirlo así, el Dr. Jekill y Mr. Hyde al mismo tiempo, en una especie de Hydkill que se va desplegando a través de las escenas de una misma película.

Organizando nuestra ensoñación, el cine y la televisión nos sintetizan; homogenizan a la mujer y al hombre en un estereotipo único de individuosocial.

Se pudiera considerar que la televisión lentifica el proceso del cine; podemos decir que es un teatro que se deja ver como cine. En este sentido va más a la homogenización a la que hacías referencia.

Busca el sincretismo: es andrógina para poder atraer tanto a hombres como mujeres; se ubica a un nivel económico medio/medio para poder atraer a las clases altas y bajas; para llamar la atención de los viejos y los niños es un televisión adolescente.

Refuerza la tendencia actual de llegar muy pronto, casi prematuramente, desde la niñez a la adolescencia, muy rápido, y mantenerse en ella, en lo que se ha llamado el Complejo de Peter Pan.

En la televisión vemos este sincretismo en búsqueda de una homogenización artificial.


Derrotarnos Ante el Ego

La plática con el Lic. en Sociología es fácil; el Decano de la carrera de Ciencias de la Comunicación no cree en los roles preimpuestos de superioridad y poder, de hecho; los juegos de reafirmación de la jerarquía le aburren y los evita (cuenta que cuando el director de la facultad lo manda llamar a su oficina; él manda un recado diciendo; Soy yo quien lo espera a Ud. en la cafetería. Normalmente funciona, dice).

Derrotar al Ego es una propuesta que va a contracorriente de una sociedad narcisista, altamente individualizada; donde las personas se pasan muchas horas frente a su computadora (Antonio Delhumeau aborrece los procesadores, en la actualidad escribe todo a mano, con pluma fuente), aislados, dándose cuerda a sí mismos. Esta realidad virtual, que ya es más real que lo efectivo de los hechos cotidianos, hace que la persona, al hacer movimientos cerebrales cada vez más rápidos, llegue a un punto en el que ya no alcanza a movilizarse más y, entonces, llega la inmovilidad.

Efectivamente, es el mismo síndrome el de este /stress/ de actividades y vidas, prácticamente, con un ritmo de acciones ya sin sentido: una carrera que no tiene objetivos ni direcciones claras. Moverse por el hecho mismo de hacerlo y, a la vez, una desmovilización creciente.

Así, nos sumergimos en una espiral destinada a la parálisis; al dolor que se autorrefiere y autodefine y, en esa medida, se aísla de la movilidad y de los otros.

Hay una sensación de incomunicación, no una incomunicación real, porque ya sabemos que siempre nos comunicamos. No obstante, tenemos una sensación de que no nos entendemos los unos a los otros, que nos estamos aislando.

Esto no lleva a un sufrimiento creciente, a un padecimiento que, si llega a un fondo determinado, pudiera parecer insoportable y, en esa medida, pudiéramos apoyarnos en el fondo, a la manera de un barranco, para impulsarnos hacía arriba. Y sólo lo podemos hacer derrotándonos ante el ego.

Es decir; al ego no se le derrota, es el ego quien nos derrota. El campo del ego es el Poder, no lo podemos derrotar en su propio campo, no podemos hacernos del Poder para acabar con el Poder, tenemos que renunciar al Poder, a la ansiedad de Poder.

La ansiedad de Poder fincada en el miedo, fincada en el vacío de sentido. Es un impulso que no conoce el orgasmo, no tiene satisfacción alguna; es un barril sin fondo.


La Identidad de Solapa

Tiene un trato abierto y desinhibido; mientras prepara café (no para él, que prefiere la Coca Light) platica sobre su experiencia en un congreso de sociología en Estados Unidos. Mientras ofrece una rebanada de pay de zanahoria (que no prueba) habla sobre su hijo, bailarín profesional (hoy radicado en Costa Rica).

Desde la autorreferencia, desde el egoísmo, cada quien trata de hacer el personaje. Es decir; trata de tener un mayor, un mejor desempeño protagónico; el quítate tu, para ponerme yo; lucir más. Es una especie de identidad de solapa, de ser brillante. más no profundo y consistente; de lucirse. De adquirir estatus o reconocimiento por parte de los demás.

Aquí es donde hay una gran debilidad; en tanto que la persona que teatraliza (egocentrado, autorreferente) adquiere seguridad por el reconocimiento de la mirada del otro, es totalmente dependiente.

Porque si yo compro el elogio, después tendré que hacer lo mismo con la crítica y, de esta manera, voy de la euforia a la depresión; dependiendo siempre de cómo me ve el otro, de cómo reaccione. Cuando el otro reacciona de acuerdo siempre a su propia y personal autorreferencia.

Gothe decía, en relación a la pareja, algo que siempre me impactó: 'El hombre y la mujer tienen que ser siempre como dos olmos que crecen juntos, dándose sombra y fuerza el uno al otro. Siendo cada uno el más fiel guardián del crecimiento y la soledad del otro'.

Creo que desde ahí, y el respeto a las diferencias, en donde la mujer no espere que el hombre se comporte como mujer, ni nosotros de ellas que se comporten como hombres, podríamos ir encontrado una mejor y mayor complementación en lo que subrayo en este momento como el problema esencial de nuestro tiempo; la pareja, del cual depende todo lo demás, porque es el arquetipo de la relación y la comunicación social.

El hombre y la mujer, todos, crecemos juntos. No hay un proceso de formación individual, independiente de los otros; somos individuossociales, así, sin espacio intermedio, desde la gestación.

Es muy importante el darnos cuenta de hemos escindido, hemos dividido fenómenos que son uno solo. Todo rasgo de la conciencia se da en comunicación, comunicación y conciencia para mi serían sinónimos. Cada rasgo que afirma la mismidad se da en mutación. Es decir; no hay tal identidad (como se querría desde Aristóteles, hasta los psicólogos del yo actuales), puesto que la identidad la tiene los muertos, en tanto que ya no cambian. Por el contrario, la mismidad se afirma mutando.

Así, me defino como individuo en función de los otros, que se definen a sí mismo como individuos, en un juego de barreras que son puertas que se erigen, cierran y abren mutuamente.

Creo que la relación entre estos flujos, más que sistemas, es de vínculos que son diferencias; Al afirmar mi diferencia de individuo, me vinculo socialmente; al mismo tiempo, en un solo momento. Sin que podamos hacer distinciones, ni siquiera en el tiempo, en tanto proceso que tiene fases; sino que es de un solo golpe.


Un Universitario que Usa la Camiseta

Mucho queda por decir; mucho por describir. Podríamos alargarnos hablando del departamento, detrás de metro Mixcoac, que ocupa desde hace meses. Podríamos alargarnos hablando de su experiencias como académico en la UNAM; de sus relaciones profesionales y personales (de todas habla abiertamente, muchas veces sin hacer distinción).

Muchas gracias Mario por el honor de esta entrevista. Desde que trabajamos juntos en la comunicación educativa en otro semestre, pues ha sido un placer y un privilegio trabajar contigo; con una persona tan inquieta, con un universitario que no solamente, como se dice ahora, trae la camiseta puesta, sino que la usa.

Obviamente este es el cierre, cosas quedan en el tintero; una agradable charla de toda una tarde no puede resumirse en estos párrafos, ni puede pedírsele se concrete a un único tema (como sí intentaron estas líneas). Hasta aquí la entrevista y hasta aquí estas letras.

Mario Stalin Rodríguez


Para usted, maestro Delhumeau
por enseñarnos a ver el mundo con humor, ironía e inteligencia


P.D. que se explica
Había un post preparado para esta semana, de verdad que sí. Uno que presumia regalos y hablaba de NO efemérides... Pero, queda postergado hasta la siguiente semana...

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2 Comments:

Blogger BENHUMEA said...

Vaya, esto ha sido largo de leer pero muy muy interesante.

Tienes una suerte endemoniada para conocer grandes personajes, esos personajes que dejan huella... ahora lo comprendo todo, te han iluminado tanto, que ahora eres tu la luz fluorecente.

Besos desde Toluquita la mas fria¡

7:09 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Grande Delhumeau.

6:04 a.m.  

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