domingo, abril 03, 2011

5° Aniversario (Invitados 20)

No recuerdo bien si llegué a Kanif aconsejado por la duquesa, o ya una vez que le conocía, descubrí que ambos leíamos a la argentina... No recuerdo bien y, en todo caso, tampoco es que importe demasiado. Finalmente, esto de ser animalito fantástico un poco verde, que diría Cortázar, tiene el encontrarse.
Ya desde un primer momento me pareció un tipo agradable con cierta tendencia al exhibicionismo... Pero vamos, tampoco es cosa de asustarse, en el fondo de todo blogger está un poco o mucho de exhibicionismo... Después, no demasiado después, me dedicó una canción ("El Corrido del Facebook", lamentablemente he perdido la dirección)... Y así fue, no podía menos que volverme su seguidor incondicional.


(obsérvese la confianza que tenía en su respuesta, que desde un primer momento incluí a Hostia y Copón en el dibujo)

Mi primer contacto con la utopía tuvo lugar en la escuela primaria. Por la festividad de María Auxiliadora celebrábamos un festival de esos en los que los alumnos representan obritas de teatro, o cantan y bailan. Los del último curso presentaban un musical bastante ambicioso, con baile y muchos números corales. Cerraban con una canción cuyo estribillo repetía insistentemente: “Utopía, utopía” Los pequeños, sentados en las primeras filas, se animaron y comenzaron a corear lo que ellos entendían: “Autopista, autopista” Medio auditorio comenzó a reír por lo bajo, ante lo cómico de la situación. En aquel momento nos pareció una confusión chistosa sin más. Sin embargo, hoy lo recuerdo, y me parece una asociación de palabras llena de sentido. Cientos de veces se ha usado la imagen de la autopista como el camino hacia la libertad, el horizonte, los sueños por cumplir, la utopía. Una vez más los niños, en su inocencia, tenían razón.
A este primer contacto le siguieron muchos otros, en los que la palabra se fue enriqueciendo con múltiples significados. Uno de los últimos contactos se produjo hace tres o cuatro años, cuando descubrí el blog de un personaje que se denominaba a sí mismo necio hutopo, el ser utópico por antonomasia. Tan utópico y tan necio que lo escribía con h. Entre sus líneas aprendí a distinguir a un yuyo de un hutopo, a disfrutar con la pasión y a llorar con la pérdida, y descubrí un compromiso con la justicia y con la libertad tan desesperado como constante. Y a seguir adelante. Aprendí que sobre todo se debe caminar, continuar, caminar. Las utopías no son necias; la necedad está en abandonarlas.
El personaje lleva 5 años actualizando regularmente su blog, renovando la utopía sin cesar, y en esa autopista nos hemos colado muchos. Entramos, le acompañamos unos kilómetros y tomamos la siguiente salida... y cada vez que volvemos el tipo sigue ahí, en la ruta, sin intención de abandonar. Por eso voy a decirle que se equivoca. Se equivoca en su definición. Porque es realmente un hutopo, el tiempo lo ha demostrado, pero no es un necio. Sólo hutopo, necio nunca.

Y ahora, para terminar con tanta seriedad y tanto párrafo laudatorio, voy a añadir una tira de Hostia y Copón, personajes con los que me expreso últimamente, pues esta pareja sí que sabe celebrar la vida y sus efemérides. (Si me oye Hostia decir efeméride, llama a Copón para reírse a gusto de mi pedantería)

Y bueno, salvo un caso MUY extremo, mañana se acaban los invitados... Lo que significa que sólo tienen dos oportunidades más para votar...

(y como la casilla principal sigue sin servir... Venga la alternativa)


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2 Comments:

Blogger jose.etxeberria said...

Gracias, amigo!

1:52 a.m.  
Blogger LA CASA ENCENDIDA said...

Y seguimos la celebración...
besicos muchos.

11:32 a.m.  

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